porque les he dado las palabras que me diste, y ellos las recibieron; y conocieron verdaderamente que provengo de ti, y creyeron que tú me enviaste.
"Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque tuyos son.
Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos.
Ya no estoy más en el mundo; pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has dado, para que sean una cosa, así como nosotros lo somos.
Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba en tu nombre que me has dado. Y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió excepto el hijo de perdición, para que se cumpliese la Escritura.
Pero ahora voy a ti y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo completo en sí mismos.