Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte y no fue hallado, porque Dios le había trasladado. Antes de su traslado, recibió testimonio de haber agradado a Dios.
Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.