Después de esto, vi a cuatro ángeles que estaban de pie sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, y que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
Y vi que otro ángel, subiendo del oriente, tenía el sello del Dios vivo. Y llamó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes les fue dado hacer daño a la tierra y al mar,
diciendo: "¡No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con un sello la frente de los siervos de nuestro Dios!"
Oí el número de los sellados: 144.000 sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
Sellados, de la tribu de Judá, 12.000 de la tribu de Rubén, 12.000 de la tribu de Gad, 12.000
de la tribu de Aser, 12.000 de la tribu de Neftalí, 12.000 de la tribu de Manasés, 12.000
de la tribu de Simeón, 12.000 de la tribu de Leví, 12.000 de la tribu de Isacar, 12.000
de la tribu de Zabulón, 12.000 de la tribu de José, 12.000 de la tribu de Benjamín, 12.000.