Vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: "¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?"
Pero ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro; ni siquiera mirarlo.
Y yo lloraba mucho, porque ninguno fue hallado digno de abrir el libro; ni siquiera de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dijo: "No llores. He aquí el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos."
Y en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y de los ancianos vi un Cordero de pie, como inmolado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados a toda la tierra.
El fue y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.