que sepa retener la palabra fiel conforme a la doctrina, para que pueda exhortar con sana enseñanza y también refutar a los que se oponen.
Porque hay aún muchos rebeldes, habladores de vanidades y engañadores, especialmente de los de la circuncisión.
A ellos es preciso tapar la boca, pues por ganancias deshonestas trastornan casas enteras, enseñando lo que no es debido.
Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: "Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones perezosos."
Este testimonio es cierto. Por tanto, repréndeles severamente para que sean sanos en la fe,
no atendiendo a fábulas judaicas ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
Para los que son puros, todas las cosas son puras; pero para los impuros e incrédulos nada es puro, pues hasta sus mentes y sus conciencias están corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son abominables, desobedientes y reprobados para toda buena obra.